UN AMOR DE
GALLETA
P. ¿Cuántas
personas érais en vuestra casa? ¿Quiénes?
R. En casa éramos cinco personas, mi
padre, mi madre, mis dos hermanas; Dina la mayor e Inés la pequeña, que murió
con dieciséis años por una enfermedad del pulmón; mi hermano; Diego, mi abuelo
paterno y yo.
P. ¿Tus padres trabajaban?
R. Sí. Mi padre se dedicaba a la
construcción y mi madre de jardinera, hasta que nos tuvo a nosotros y enfermó,
por lo que empezó a trabajar en nuestra huerta.
P. ¿Dónde
vivíais?
R. Vivíamos en la misma casa que en la
que vivo ahora.
P. ¿Ha ido a la escuela?
R. Sí, pero he ido pocas veces, porque
mis padres, la mayoría de las veces, me mandaban ir con las vacas o con las
ovejas al campo.
P. ¿Le
gustaba ir?
R. No, porque yo le tenía mucho
respecto a la profesora, ya que te pegaba por no hacer los deberes, no saberte
la lección…
P. ¿En la
escuela les pegaban? ¿Con qué? ¿Os ponían castigos?
R. Nos pegaban con la regla o con la
vara, en cualquier parte del cuerpo. Además de pegarnos, nos castigaba contra
la pared de rodillas y a veces hasta con libros en las manos, y si te
comportabas peor te llevaban al cuarto de los ratones; donde no había ratas,
era solo para asustarnos. A mí nunca me llevaron a este cuarto, pero si me
pegaron y alguna vez me han puesto de rodillas.
P. ¿Cuántos
maestros tenía?
R. Había solo una señora de unos
treinta años, que daba clase a todos.
P. ¿Sus
clases eran mixtas?
R. No, eran clases de solo niñas.
Luego había en otros lugares, escuelas para solo niños.
P. ¿Con que
años se iba a la escuela? ¿Hasta qué edad?
R. La escuela duraba desde los seis a
los catorce años, si querías seguir estudiando, tenías que pagar.
P. ¿La
escuela estaba cerca de su casa?
R. Sí, en cinco minutos, yo ya estaba
allí.
P. ¿Cuántas
asignaturas tenía?
R. Tres.Catecismo, el manuscrito y el
grado primero, estas dos últimas tenían dentro varias asignaturas.
P. ¿Cómo
conseguíais los libros?
R. Nos los compraban nuestros padres.
P. ¿Teníais
deberes para casa?
R. No, todo lo hacíamos en clase.
P. ¿Cuál era
su asignatura favorita?
R. Catecismo, porque me gustaba leer en
alto, pero también me gustaban mucho las matemáticas. Me encantaba multiplicar.
P. ¿Tenían
recreos? ¿Cuánto duraban? ¿Qué hacían?
R. Sí, duraban treinta minutos.
Jugábamos en la carretera, mientras que la profe bordaba.
P. ¿Tenían
clases por la tarde? ¿Cuánto duraban? ¿Y a la mañana?
R. Sí. A la mañana era de nueve a doce,
al acabar íbamos a casa, y volvíamos a las dos hasta las cinco de la tarde.
P. ¿Ha
seguido estudiando después de acabar en la escuela?
R. No, tenía que trabajar en casa.
P. ¿Salía
con sus amigas?
R. Sí, pero solo los domingos delante
de la escuela. Los sábados por la mañana íbamos a clase y a la tarde,
trabajábamos, igual que los demás días.
P. ¿Cómo se
entretenía cuando quedaba con sus amigas?
R. Jugábamos al escondite, al vello;
que es como el pilla pilla de hoy en día, al peletre, a los pelouros, a la
cuerda…
P. ¿Cuántas
amigas eran? ¿Había chicos en vuestro grupo?
R. Éramos cuatro o seis. En las fiestas
y en la romería quedábamos con los chicos, pero nuestros padres no lo sabían.
P. ¿Cuál ha
sido su primer trabajo? ¿Con cuántos años ha tenido su primer trabajo?
R. Mi primer trabajo fue en una
tabacalera, que se situaba a dos kilómetros de mi casa. Allí, cultivábamos,
recogíamos, secábamos, limpiábamos y empaquetábamos el tabaco, todos los días.
A veces, le hacíamos cigarros al jefe. Yo empecé al poco tiempo de acabar de
estudiar, ya que en mi casa necesitábamos dinero, por lo tanto, tenía catorce
años y salí de allí a los veintidós.
P. ¿Le
gustaba este trabajo?
R. Sí, tan solo por el hecho de ganar
dinero [Ríe]. Cada quince días, nos daban trece pesetas por cada día.
P. ¿Cuánto
tiempo estaba allí?
R. Desde las nueve de la mañana hasta
la una del mediodía y luego, desde las tres a las siete de la noche, y así
todos los días.
P. ¿Se
llevaba bien con sus compañeras?
R. Sí, aún que al final, me enfadé
con una de ellas porque dijo una mentira
de mí.
P. ¿Ha
tenido muchos novios?
R. No, el primero y el último que he
tenido ha sido mi actual marido. Lo conocí con diecinueve años en el baile. Yo
fui a comprar galletas y entonces, él me cogió una sin permiso, pero la
siguiente me la pidió. Y a partir de ese momento, bailamos y empezamos a ser
novios. Solo nos veíamos los domingos y algún jueves. Él se fue para Venezuela
y desde allí nos enviábamos cartas, una de ellas me pedía para casarnos y yo
acepté. Nos casamos por poder, ya que Antonio (mi marido) estaba en Venezuela y
yo en Galicia y mientras que yo no estuviera casada, no me dejaban viajar, por
lo cual, me casé con mi hermano Diego, con el nombre de Antonio.
P. ¿Ha
emigrado? ¿Alguien de su familia emigró?
R. Sí. Yo emigré por dinero a
Venezuela, después de casarme, pero luego volvimos Antonio y yo porque mi mamá
se puso malita y mi familia me decía que
volviera. En mi familia emigraron mi abuela y mis tías a Argentina, también por
economía.
P. ¿Ha
tenido hijos?
R. Sí, la mayor Susi y el pequeño Toño,
que se murió con dieciséis años en un accidente de moto, por culpa de un coche.
P. ¿Tenían
pañales para sus hijos?
R. No, claro que no. Nosotros
utilizábamos telas, que había que cambiarlas a menudo.
P. ¿Trabajó
cuando sus hijos eran pequeños?
R. Sí, pero mientras que yo trabajaba,
pagábamos a una chica para que cuidara a Susi. Pero mi dinero iba para esta chica,
por lo cual, dejé de trabajar.
P. ¿Tenía
váter en su casa?
R. No. Mi padre había hecho con
ladrillos y madera el lugar para sentarse, con una tapa.
P. ¿Cómo se
duchaba?
R. En una tina, calentábamos agua. El
agua corriente vino mucho más tarde, mientras, el agua era del pozo.
P. ¿Cómo iba
vestida?
R. Al trabajo íbamos con ropa
corriente, zuecos, un vestido, un abrigo y un mandil. A las fiestas íbamos con
vestidos más elegantes y con botas. A la escuela y a jugar de vestido. Y a
Pontevedra, íbamos arregladas.
P. ¿Alguna
vez has llevado pantalón?
R. No, solo vestidos. Actualmente casi
nunca llevo vestido si no, pantalones.
P. ¿Dónde
lavaban la ropa?
R. En el río, que estaba bastante
lejos.
P. ¿Cómo
conseguía la ropa?
R. Venía o íbamos a casa de la modista.
P. ¿En su
familia comían todos los días? ¿El qué?
R. Sí, nunca pasamos hambre, comíamos
cosas variadas. Cuando había fiestas comíamos cordero y los domingos cocido,
que era mi comida favorita.
P. ¿Quién
cocinaba en su casa?
R. Tanto mi madre, como mi hermana o
yo. Yo empecé a los catorce años a cocinar.
P. ¿Cuántas
habitaciones había en su casa?
R. Tres, una para mis padres, otra para
mi abuelo y otra para mi hermana Dina y para mí.
P. ¿Cómo
eran sus camas?
R. La cama de mis padres de lana, la de
mi abuelo de corcho y la de mis hermanos y la mía de “follato” (hojas de maíz).
P. ¿Qué
muebles tenía en su casa?
R. Había algún mueble, sillas y una
mesa. En la habitación, la cama, la mesilla, una silla y un armario. La cocina
era de piedra y había un horno, un chinero, una artesa (parecida a una
despensa), también había platos, cuchillos…
P.
¿Compartían casa?
R. No, vivíamos solo nuestra familia.
P. ¿Han
tenido alguna vez carencias en su casa?
R. No, nada nos faltó, pero vivíamos
muy apretados. También vendíamos los productos de nuestra huerta y de nuestros
animales, para ganar algo de dinero.
P. ¿Viajó
alguna vez? ¿A dónde?
R. Sólo viajé a Venezuela, para
trabajar y para estar con mi marido.
P. ¿Qué
medios de transporte utilizó?
R. Tanto al trabajo como a la escuela,
iba andando. Cuando viajé a Venezuela por primera vez para ir junto a mi marido, fui yo sola en barco.
P. ¿Qué
aparatos electrónicos tenía en su casa?
R. Solo la radio, lo demás vino más
tarde.
P. ¿Había
machismo?
R. Sí, nos criamos en una sociedad
machista.
P. ¿Conoce
algún caso de maltrato?
R. Sí, una vecina, su marido se
emborrachaba y la maltrataba tanto físicamente como psicológicamente. Hasta que
un día la señora le dio con la sartén en
la cabeza y este dejó de pegarle. Hasta que se enfermó y dejó de beber, a
partir de ahí fueron muy felices.
P. ¿Qué
cambios nota de antes a ahora?
R. Antes no había tanta libertad como
ahora. Actualmente hay muchos más estudios, una mayor tecnología…
P. ¿Cuál ha
sido el momento más feliz de su vida?
R. Cuando tuve a mis hijos.
Laura Argibay Porto 3ºB
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