"Allí había que hacer lo que decía la abuela y la abuela era pequeñita pero rabudita"
Mª Dolores Quintas Montero es una mujer nacida en Ourense en 1940 que afirma haber tenido una buena vida. Consiguió sacar adelante a su familia con un gran nivel de vida gracias a su trabajo y logró que sus hijos tuviesen una infancia inmejorable.
P- ¿Cómo fue su infancia?
Pues
todo lo que recuerdo muy buena. Nací, en la calle La Reina Victoria.
Estuve allí muchísimos años hasta que me casé.
P-
¿Fue
al colegio?
Fui
al colegio al lado de mi casa, al parvulario, que tenía dos señoras
mayores que daban clases. Después a los 6 años o así, fui a un
colegio privado al llamaban Sueiro y desde ese fui a las monjas, dos
años, para ver si aprobaba lo de maestra, pues antes hacían un
examen de reválida y, entonces no llegué a hacer el examen de
reválida porque mi padre quiso que fuera a la Escuela de Comercio,
fui y, ahí empecé a estudiar; comencé a los 8 o 9 años y hasta
los 12 no hice la reválida. Entré a los 12 para hacer la reválida
y estuve estudiando 5 años, porque era lo que tenía el curso; la
carrera era de 5 años y había que examinarse y se aprobabas te
daban la calificación de aprobado o perito y claro, yo aprobé a los
18 años, y salí con el título de perito; y si hacía dos años
más te daban la de profesor mercantil pero yo ya no seguí. Yo al
tener un título, que era lo que mi padre quería, que tuviera un
título. Y eso es todo lo que hice, hasta ese año que salí.
P-
¿Qué hizo
al acabar los estudios?
Desde
que salí de ahí estuve un año o dos sin hacer nada, estuve en casa
y era lo que se llevaba, pero yo fui y me metí en un comercio cuyo
dueño era amigo nuestro y estuve de cajera. Desde que me casé mí
vida siguió siendo muy buena, tuve tres hijos, los aguante todo lo
que quise, y luego ya me quedé en casa hasta que con los años
pusimos un negocio, una mercería, y me quede atendiendo la mercería
con dos chicas. Primero teníamos dos chicas, después, una chica
sólo, y luego cuando ya cambiamos para otro local donde estuvo
también mi hija ayudándome. Y así fue la vida, terminamos, la niña
se marchó para Ponferrada. Ella se casó, se marchó para allá y yo
tuve que dejar la mercería porque mi madre se puso enferma; teníamos
una señora en casa, pero con la señora sólo no era capaz de
atenderla, y así fue como seguimos.
La
juventud la tuve muy buena al menos hasta eran unas épocas muy
malas, pero vamos, no había tanto como ahora, no había tanto miedo
y tantas cosas malas.
P-
Bueno, y los días de fiesta ¿qué hacían?,
¿hacían
algo especial?
Los
días de fiesta, pues mira, al principio íbamos al baile al Jardín
del Posío y luego cuando había alguna fiesta en la aldea íbamos a
la fiesta de la aldea, llevaba a mis hijos, íbamos a comer a la
aldea y no quedábamos allí sino que íbamos para casa por noche. Y
era lo que se hacía porque después ¿Qué más podías hacer?,
algunas veces íbamos al rio aquí e íbamos a la playa algunos
domingos con el abuelo, y eso todo con mi marido, se entiende. Y no
teníamos otras diversiones, en cuanto eras pequeño la diversión
que tenías era jugar al truco, a la peonza, a la cuerda y poco más
había que eso, era una época más tranquila que la que tenemos
ahora, sabes, bastante más tranquila.
P-
En las vacaciones de verano ¿iban
a algún lugar?
Las
vacaciones de verano cuando yo estaba soltera iba con mis tíos para
La Coruña y después iba mi hermano, y una semana o así íbamos a
la aldea con mis abuelos, nos llevaban a la aldea que era la época
que había las fiestas de la aldea, íbamos para allí y luego
volvíamos a la Coruña y después estábamos en nuestra casa en
Orense, donde íbamos al río de vez en cuando.
P-
¿Y cómo se
entretenían
en la aldea?
Pues
yendo con el abuelo y con el tío. Ellos iban con los animales y
nosotros detrás de ellos. Allí había siempre algún chico o
alguna chica por allí, del pueblo, e íbamos con ellos también,
ayudábamos a los chicos, y otras veces íbamos a
las moras
con ellos. Después nos veníamos para casa con los abuelos, donde
había que tener... le teníamos mucho respeto a la abuela, no es
como ahora, que no se le tiene respeto a los abuelos. Allí había
que hacer lo que decía la abuela y la abuela era pequeñita pero
“rabudita”.
P-¿Y
durante los días de diario quién cocinaba en la casa?
Los
días de diario cocinaba siempre mi mamá, cuando estábamos solteros
y después, cuando estábamos casados, pues también cocinaba mi
madre porque yo iba a trabajar al comercio, pues ya le dejaba para
que la abuela cocinara. Cuando yo estaba en casa cocinaba yo, pero si
yo no estaba en casa, pues cocinaba mi madre y mi padre le ayudaba.
P-¿Qué
solíais comer?
Sopa,
caldo,
patatas fritas con bistec y huevos, patatas guisadas, guisos de carne
y patatas, arroz y después de postre arroz con leche, flores de
dulce y no sé qué más comíamos. En los días de fiesta…
también comíamos pollo, conejo e igual comíamos cabrito. En
Nochebuena teníamos primero un marisco y después verdura que traía
mi hermano de la aldea, una verdura blanca y bacalao, y después
comíamos cabrito, conejo o lo que fuera, cada día teníamos una
cosa. Íbamos a buscar el pan al horno y al principio teníamos que
llevar una cartilla que nos daban de racionamiento para ir a
buscarlo. Esto te hablo cuando era yo muy pequeña, y traíamos el
pan y comíamos todo aquello.
Desayunábamos
el cola-cao, el café con leche o chocolate con leche hecho con aquel
cacao que se revolvía hasta que salía el chocolate derretido por la
chocolatera.
P-¿Y
la dictadura le
afectó de algún modo?
Yo
ya pasará de eso porque nací en los 40 y mi padre ya viniera de la
guerra, teníamos lo de la dictadura pero bueno, era distinto... era
más llevadera aunque después se fue poniendo un poco peor, porque
viví la etapa en la que estaba Franco, desde que nací, y estuvo
muchos años y yo no te puedo decir, ya no me acuerdo
P-¿Tuvo
que emigrar alguien de su
familia?
De
mi familia emigraron sin que los llegara a conocer. Mis tíos se
marcharon Brasil, quedaron allá y después de mi familia más
próxima mis primos. Mis primos unos se fueron con su padre para
Venezuela, luego vinieron y se quedaron en Barcelona, y otros se
fueron para Suiza, esos eran ya sobrinos de mi madre y que yo sepa
no marchó nadie más.
Iago Portela 3ºB
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